Estoy volviendo lentamente a la civilización. Ayer, un puñado de deportistas me hicieron el tránsito mucho más agradable. Pensé en escribir algo rápido, pero no sabía como podía hacerlo, ni como evitar caer en el tópico, la pretendida sublimidad que acaba siendo cursi o el pedestre recuento de lo obvio. Hoy me he decidido a dejar unos apuntes para olvidar mi peregrinación matutina por las Administraciones Públicas, ese castigo, y para a pesar de todo, reivindicar la gran virtud a la que podemos aspirar: la alegría. Allá vamos.
- Lo dice el gran ganador histórico del baloncesto, Bill Russell: la magia del baloncesto es el salto. Saltamos cuando estamos alegres o eufóricos, sin darnos cuenta. Saltar, buscar un centímetro más, hacer de nuestro cuerpo acechado por las enfermedades y la erosión del tiempo un instrumento de gracia y alabanza es una alegría que todos podemos compartir. Hacerlo con una coordinación perfecta provoca admiración y deseos de emulación. Esta tarde se intentará, con resultados discutibles :DD
- La igualdad. El deporte nace junto con la idea revolucionaria de la democracia. La idea de que cualquiera puede aspirar a la excelencia intelectual, política, corporal, es una idea maravillosa. Cuando veo a alguien hacer arte jugando con una pelota puedo sentir un respeto inmenso por él, y no me importa de dónde viene, su raza o su religión. Ay, ¿por qué lo olvidamos tan pronto?
- El Congo, Cataluña, España. Desde el antiguo y atroz corazón de las tinieblas, un chaval que ayer cumplía 22 años nos ha conquistado desde su blog Air Congo (leedlo, ya vereís), su humildad, su trabajo y su saber estar. Desde hace no demasiado tiempo hay muchos Ibakas en España, aportando, creciendo y haciendo crecer al país, sumando para que seamos mejores. Por supuesto, siempre hay problemas (y miserables) pero debiéramos contraponer a la cruz de los problemas que la integración acarrea la cara de tantos que pueden mejorarnos. Y ay, Cataluña. En tiempos de crispaciones y mensajes groseros, creo que queda demostrado, una vez más que todos juntos podemos hacer buenas cosas. Y de paso, que Cataluña puede ser en muchas cosas un fabulosos ejemplo para el resto de España. No sé que deparará el futuro, pero defenderé que seamos un equipo de buenos compañeros siempre. Y desde hace siglos, Oh Dios que buen vasallo...si hubiera buen señor.
- El esfuerzo transfigurado en gracia. Después del partido oí en televisión esta expresión a un filósofo español que no me llega demasiado, aunque su expresión me recordó vivamente lo que acababa de ver minutos antes, en cada rebote, cada bloqueo, cada salto. Convertir ese esfuerzo personal en principio tosco en algo que va adquiriendo sentido según las piezas siguen su patrón que parece caótico al principio pero es geometría e improvisación repentina, es mágico. Y como lo que te puede ofrecer un segundo, la eternidad no te lo devolverá (Hölderlin, creo) ese instante en el cual el esfuerzo de un cuerpo tensionado y castigado a la búsqueda del límite de ruptura logra una figura sublime constituye uno de los pocos milagros que nos es dado presenciar. aunque sea a cámara superlenta.
-Tenemos unos deportistas asombroso en la actualidad. Un dinero parece que razonablemente bien invertido, entusiasmo, capacidad, falta de miedo, implicación de todos en busca del mejor hacer posible...¿nos imaginamos que intentamos repetir este modelo en la educación?
- León Felipe decía que mientras el niño de Vallecas pintado por Velázquez siguiera ahí, con su cabeza rota, de aquí no se va nadie. Hoy me tentaría decir, cegado por el entusiasmo, que mientras ciertos ejemplos sigan funcionando e inspirando, aquí no se rinde nadie, pese a todos los problemas, y pese a que nadie dice ni dijo que fuera fácil.
- Honor a los perdedores. Ofrecieron lo mejor de sí mismos, compitieron con honradez y audacia, y lo volverán a intentar, sabiendo que el éxito no es lo mismo que ganar unos partidos, sino, en palabras de John Wooden, el gran patriarca del basket universitario USA, "paz interior alcanzada sólo a través de la auto-satisfacción de saber que hiciste el esfuerzo de hacer lo mejor de lo que eres capaz". Bien dicho. En especial, creo que todos los aficionados nos hemos hecho un poco de la selección de Macedonia. Que gran ejemplo han dado.
- Verlo da grandes alegrías. Jugarlo, aunque sea mal, es acojonante. Coged un balón, hinchadlo y bajar a la cancha. Pasareís un buen rato :)
- A veces, todos los días sale el sol. Gracias, chicos.
Grande Explorador. Sosegada reflexión sobre un triunfo que nos lega numerosas lecciones, alguna de las cuales ya has rescatado. Un saludo y sí, yo también siento inmenso respeto por quienes con un balón y dos canastas dibujan arte en movimiento. Un saludo.
ResponderEliminarMe encanta cuando podemos hablar de los triunfos de los deportistas españoles!!!Un beso
ResponderEliminarLo que más me ha llegado al corazón ha sido esta fantástica relación entre audacia, perseverancia, democracia y deporte. Es así, y te juro que ante ni se me había ocurrido. Aprendiendo.
ResponderEliminarEsta no es una selección, es la selección, acaso irrepetible. Madre, qué tipos.
Sobre las crispaciones territoriales(desde lo alto a los de abajo, pienso yo), en el fondo, innecesarias. ¡Hay que mirar más allá!! Y más allá es a lo grande, siempre. Y así se ganan Eurobasquets, a lo grande también.
Un abrazo.
Vi el partido, disfruté como una enana, me alegre inmensamente por la victoria e irremediablemente me acordé de ti, jejeje Enhorabuena amante del deporte :DDD
ResponderEliminarUn beso y nos vemos Explorador
No pude ver el partido, y me queda pena. Mucha más pena después de leer y releer tu maravilloso escrito. Cómo vas desgranando esfuerzo, colectividad, democracia, arte en la cancha,alegría, igualdad, vítores... Sublime tu post como consecuencia de un partido de baloncesto. Y después de leerte, me dan ganas, no creas que no, de formar un equipo y salir a la cancha a saltar. Porque cómo bien dices se salta también de dicha y alegría. Y tu alegría ha contagiado de más alegría a los que también participamos del deporte... al menos viéndolo. Gracias por tan buen salto me tiéndonos a los que te hemos leido dentro de tu canasta. Saludos. Tanci
ResponderEliminarYo estaba a dos cosas: el bochornoso partido del Madrid y la final de baloncesto. Opté más por lo primero que por lo segundo. Y así me fue.
ResponderEliminarBs
Pues sí, nuestros deportistas una vez más nos hacen sonreir y hacen que nuestro país sobresalga y de forma muy positiva!
ResponderEliminarFeliz vuelta de tu peregrinar!
Besines
Gracias a todos, la verdad es que fue un disfrute inmenso, una reconciliación con el deporte, que a veces se va por caminos turbios. Y un orgullo. e acuerdo con que hay que pensar a lo grande, y saber que podemos ser capaces de hacer buenas cosas.
ResponderEliminarUn abrazo a todos :)
A por USA! a por ellos a la final olímpica!
ResponderEliminarWow. Aqui nos faltaban triunfos, pero es asombroso como el deporte y las victorias en este pueden mejorar el ánimo de un país entero.
ResponderEliminarWow.
See ya!
Pues las alegrías hay que celebrarlas
ResponderEliminarQuerido amigo:
ResponderEliminarCelebré mucho esta alegría, como todos los aficionados. Hemos tenido la suerte de vivir una auténtica edad de oro en lo que al deporte se refiere. Lástima que en otras cosas andemos en la edad de hierro, por desgracia.
Te escribo para decirte que tu blog ha sido elegido entre los CHESTERTONIANOS de 2011, por tus amables visitas.
Muchas gracias y enhorabuena, Explorador.
Abrazos
A por USA, a por la crisis, a por la vida ;) A celebrarlo bien. Muchas gracias, Fran, es todo un honor.
ResponderEliminarUn abrazo a todos :)
No me gusta el deporte. Me refiero a verlo. Jugarlo es otra cosa, que para mí cobra total sentido, aunque debo admitir que no hago desde chico. Senderismo, algo, natación, algo, mucho caminar y mucha bici, eso sí.
ResponderEliminarPero tu entrada me ha removido por dentro. Increíble reflexión esta que has hecho, y que, de corazón, llega.
Me quedo con la historia de Air Congo. Como has dicho: basta de odios, que si no es juntos no aprendemos, no avanzamos.
Un abrazo.