sábado, 13 de julio de 2019

Prólogo de arena a un libro que quizá nunca escriba.


El 6 de Julio de 2011 ( no importa que quede lejos, con la rapidez a la que gira el mundo), la sociedad británica ,y enredados en ella, nosotros, desayunaba con otro escándalo periodístico. El diario "News of the world" había logrado jugosas exclusivas acerca de temas escabrosos y populares (desaparición de una niña posteriormente asesinada, conversaciones de familiares de soldados muertos y de víctimas del atentado de Londres, revelaciones de investigaciones y posibles sospechosos) pinchando los teléfonos de las víctimas, familiares e investigadores, espiando sus reacciones, palabras, angustias, silencio. Una vertiente de la colosal polémica (cuyo significado original es “el arte de la guerra”) apuntaba al vértice formado por el poder desinstitucionalizado y perverso del medio con el poder del Leviatán anquilosado del estado contemporáneo. Un antiguo director del tabloide ocupaba en aquel tiempo el puesto de director de comunicación del Primer Ministro, David Cameron. Con mucha razón se argüía que aquel hecho formaba el nudo más podrido de la trama

Pero también sería justo reconocer que resultaba la única parte lógica y apropiada de todo el asunto . Como una herida abierta y supurante que permite contemplar con la fascinación de la repugnancia un hueso amarillento, nos era dado imaginar con un horror inconcebible que la intuición evita el engranaje político trabajando a plena máquina masticando con deleite la intimidad del dolor de ciudadanos anónimos cuyos rostros podrían ser los nuestros. Una sala de espejos deformantes tras los que en ocasiones pudieran esconderse dragones furiosos.

Anestesiados por miles de primeros planos de rostros desencajados, escabrosas revelaciones, declaraciones sensacionalistas (de inicio o tras su maquillaje) nos vemos instalados en la Industria del sensacionalismo de la ficción que selecciona la realidad más implacable y atroz para construir relatos y moralejas degradantes y los sigue reivindicando como verdaderos para rellenar las vidas del público masivo y vidas solitarias y carentes de emociones reales con falsas réplicas de vibraciones veraces. Así que un día, atraído por aquel arma formidable, el planificador estatal decidió unir su mano a la mano invisible para colaborar y competir creando un fastuoso escenario en el que la verdadera vida quedará suplantada por el simulacro perpetuo. Y ambas manos siguen enamoradas, llenas de proyectos y nuevos relatos, ficciones y cuentos que nos harán repetir que son la vida, trabajando llenas de júbilo como los primeros días

Aquellos tiempos, que no se han ido sino hipertrofiando, fueron tiempos interesantes. Las regulaciones, las intenciones y los ánimos, las prospecciones de mercados consumistas o electorales se conjugaron con las fascinantes mejoras tecnológicas en busca del viejo sueño del hombre nuevo y una futura vida prometida mejor y que acabaron en masas de anónimos y despersonalizados seres, una vigilancia panóptica y una búsqueda compulsiva de nuevos relatos, modas, diseños. Los valores dominantes se predicaban incesantemente desde cualquier esquina como metralla estallada por francotiradores sin escrúpulos. Apenas quedaban ríos rodeados de vegetación que filtrara los rayos del sol, y los que quedaban parecían decorados que serían útiles en el futuro y a ello debían su pervivencia Pese a todo, la vida se seguía imponiendo muchas veces. Nihilismo S.A. hacía un buen trabajo, pero estaba lejos del monopolio que tan arduamente buscaba.

El Estado dejaba de significar emancipación colectiva de los peores impulsos humanos, fomentando los mismos para encadenar a sus dueños e incrementar vorazmente su poder. Llegó la edad dorada del autoritarismo, tras otras máscaras y las angustiosas enseñanzas de un siglo cada vez más lejano y desconocido se perdieron en claustros mudos Y los sentimientos seguían fluyendo, pero sólo parecían visibles expresados de forma ritualizada.

Y así, desocupado lector, la nave va. Te has despertado un sábado y mientras el café humeaba, leíste las noticias de nuevas maravillas que al humano futuro espera, mientras el actual se consume en una hoguera lenta de malestar y extravío. Pues no todos llegaremos a ver esos nuevos amaneceres ni todos han nacido para ser héroes. Y el mal existe; anida en muchos y trata de extenderse mientras se enraíza en quienes lo permiten, sacrificando la lucidez en el ara perversa del rencor. La tristeza, el tedio, la soledad, el recelo.

Es posible que lo que viene a continuación sea incapaz de escapar a estos males. Espero que sea un intento honesto y humilde de expresar una defensa. La mayoría de los textos, las palabras y los signos defienden al ser humano de la erosión de los días y lo exaltan por encima de su provisionalidad.

Estas palabras y las que vienen sólo pretenden ser una defensa de quien lo ha escrito, y de sus semejantes.