lunes, 25 de abril de 2011

Canciones para la BSO de una vida (Track 3, Atlantide)

¿Cómo continuar un disco que tenga una estructura definida y no sea cansado de escuchar, con canciones demasaido similares siguiéndose? Supongo que hay varias opciones. A mí me gustan los giros repentinos. así que me he decidido por una ensoñación fantástica, como es habitual en la obra del único Franco que merecería conocerse, Battiato. Su biografía y discografía son demasiado extensas como para escribirse aquí, así que aquí teneís una presentación y espero que si no habeís oído mucho os intereseís por él, porque es asombrosamente bueno. Mirad que versión del Ruby tuesday

En la canción que he decidido colocar en el tercer surco se cuenta la historia del continente perdido, una isla en la que fueron enterrados con su hundimiento innumerables maravillas y conocimientos. Una manifestación de los irascibles dioses en los asuntos humanos que llena de perplejidad y temor. Un relato platónico que recorre la espina dorsal de los mitos y los sueños de occidente. fuera del tiempo y del espacio de este mundo (curiosidad: este año, el documental "Finding Atlantis" defendía que la capital atlante podría estar inspirada en algun asentamiento de Doñana, arrasado por un tsunami). La verdad, quizá nunca la sabremos. Y qué, los mitos son otra forma de verdad más profunda, a veces.


Bueno, a lo que iba. Aquí la letra, traducida con medios rudimentarios y sin conocimientos de italiano, si encontraís errores señaladlos, por favor. Y si no, pues quede como versión libérrima, por ignorancia...

Y los dioses dividieron el mundo
y lo echaron a suertes:
Zeus la tierra,
Hades el inframundo,
Poseidón, el continente desconocido

Apareció la Atlantida
inmensa isla y montaña, canales,
similares a las órbitas celestes...

Su rey atlante
conocía la doctrina de las esferas, los astros
la geometría, la cábala y la alquimia.
En lo alto del templo
seis caballos alados, estatuas de oro, marfil y oricalco

Durante generaciones, la ley siguió
los principios divinos
Pero el rey, nunca se sació de su inmnesa riqueza
y el carácter humano se acostumbra y no soporta siquiera la felicidad
siquiera la felicidad

En un dia y una noche
la destrucción llegó
Volvió al agua y desapareció
La Atlántida

En fin, espero no haber fallado demasiado (unas cuantas cosas sé que seguro). Aquí el video, que es a lo que venía aquí, a ponerlo :D



Una bella canción sobre una leyenda evocadora y dulce como el hogar de una chimenea de la infancia, y la constatación de que la felicidad es frágil y siempre está amenazada. Así que salgo un rato por ahí, que quiero diversión y paz interior. Os deseo lo mismo, y que la canción os guste y os meza, ¡grazie mille a tutti!! :)

miércoles, 20 de abril de 2011

Contra el yo, los dioses, el mal, el bien, la banalidad de ambos y el desasosiego. Y un blog amigo (post Thermomix).

Perdón por la publicidad :D A pesar del título, tengo el ego subido y he decidido escribir manifiesto en este vuestro blog. Contra todo, contra todos, a favor de mí.

Soy un ferviente defensor del individualismo. No hay nada (exagero, pero se entiende la licencia) que me atemorice y me produzca más repulsa que el instinto gregario abigarrando conciencias para crear una superconciencia banal y frecuentemente idiota. Pero ay, yo no soy inmune a dicho instinto (me gusta mucho el deporte, y temo que es un ámbito propicio para amasar gente), ni desconozco ciertos beneficios del mismo. Lo que no hago (espero) es propagarlo con alegría. Siento reparo en las celebraciones colectivas, me encanta ver a la gente contenta...pero más pronto que tarde, siempre acaba apareciendo el duende maligno de la degradación, la violencia, la absurda sensación de que como el equipo ha ganado (por ejemplo) todo vale. Hoy Dostoyevski diría "Como Messi y CR existen, todo está permitido". Sólo cuenta la satisfacción expansiva y ganada compulsivamente frente a quien sea y de la forma en que sea preciso. Y los demás, "que se busquen la vida" que "eso no es mi problema". Olé.

Hace unos días, se cumplió el cincuentenario del juicio a Adolf Eichman, que dió oportunidad a Hannah Arendt de definir "la banalidad del mal", un concepto discutido y escurridizo: Tal como lo entiendo, Arendt pretendía explicar que para perpretar uno de las mayores crímenes de la historia no fue necesario un ejército de diablos. Bastó un plan malvado y una legión de personas normales que lo ejecutaron sin preguntarse si lo que hacían estaba bien, sumergidos en un ambiente de propaganada y en un escalafón administrativo. ¿No es posible estirar el concepto y hablar de una banalidad del mal, y del bien, en el fútbol? Las gradas gritan "Mourinho muérete", por ejemplo. también se lo gritarían a otros, como Abidal, por ejemplo. Como resulta que el defensa del Barça ha sido diagnosticado con una enfermedad real, aplauden y piden su recuperación. Las gradas enloquecen, avivadas por la prensa y los oportunistas de todo tipo; al estupido esencialismo de barcelonistas queriendo integrar sus ideas (legítimas) en el supuesto ideario de un club de fútbol, que no suelo tenerlos, no se ocurre mejor idea que acudir a otro de signo opuesto (legítimo, uno se siente un poco ridículo repitiendo obviedades, pero viendo lo que se ve, mejor repetirlas) para identificar al madridismo con él. No es de gran importancia,afortunadamente, pero el espectáculo será extravagante, probablemente mucha gente en el estadio se encuentre agitando su banderita sin saber muy bien por qué, si ellos han ido a otra cosa. Pero todo el mundo lo hace.

"Contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano", escribio Hölderlin, y desde luego, los dioses postmodernos no lucharán contra la ola de fanatismo y ridículo que necesitan los mercachifles para vender sus productos. Ellos están bien en sus casas de lujo y con sus cochazos. Supongo que unos cuantos son buena gente, a pesar de los esfuerzos para agilipollarlos. Pero bueno, ni de Xavi me fío, mirad lo que os digo. Sobre el carisma y la supuesta genialidad de los entrenadores no hablo, que me da la risa :DD Sólo espero que sean conscientes de que son sólo entrenadores de fúmbo, aunque, de nuevo, parezca que hagamos esfuerzo por convertirlos en more popular than Jesus.

Y bueno, voy acabando, con una confesión: todo esto lo he escrito porque estoy nervosio xDD deseo que gane el Barça, que sea un gran partido y que nadie olvide que es simplemente eso. Pero que gane el Barça xD

El portero había adivinado la dirección, y durante un breve instante, el mundo se oscureció para él. Las portadas, las sonrisas, las firmas se habían apagado, y un silencio invencible retumbaba en sus oídos. Cuando sobrepasó la manopla sintió que todo volvía al orden natural, la estrella marca y se lleva la admiración con él. Un golpe seco lo derribó. El balón había pegado en el poste y se marcó fuera. Sintió que no se lo perdonarían, que el aficionado exige que siempre gane su equipo porque siempre cree ener derecho a la victoria perpetua y que aquello no podía pasar. Tumbado desde la hierba veía caras demudadas,y oía gritos eufóricos detrás de él. Cerró los ojos, pero esas caras seguían entre la oscuridad, interrogativas, insoportablemente acusatorias. Cuando volvió en sí, vió al portero rival ofreciéndole su mano enguantada para ayudarle a levantarse. La aceptó, se acerco a los suyos, vió que le apaludían. Ninguna portada, premio o elogio le llenó más que su perdón. Se estremeció.

Pobre Cristiano :DDD o quien queraís vosotros que sea. Si os gusta el fútbol, que disfruteís del partido, espero que gane el Barça, y si no es así, pues me alegraré por algunos amigos madridistas, diciéndoles con deportividad que nos han robado, y que no es justo. Noooo, no será así, aunque lo único seguro del partido es que del álbitro se quejarán todos. Disfrutad del fútbol, que para eso está, y que sufran los profesionales, que para eso están.

P.D: 2 cosas. Blog de minirrelatos de una amiga, por si quereís pasaros, espero que os guste. Y un antiguo blog mío,he elegido una entrada de cine clásico imaginado por mí :)) Que gane el mejor esta noche, que nadie haga el burro. Ya lo comentaremos, si ganamos, si perdemos no me espereís por aquí, que he medio quedao. Un abrazo a todo el que lo lea.



jueves, 14 de abril de 2011

Canciones para la BSO de una vida (Track 2, Flores muertas)

En aquel tiempo
parecías una personas segura de ti misma.
Tras aquella barra entre el humo y el ruido
como una diosa primordial
ofrecías favores o negabas sortilegios a multitudes implorantes.
Pero ahora ya ha pasado el tiempo
y es demasiado tarde.
Hasta la vista, y que nos quedemos ciegos.


¿A qué viene esta chorrada? Pues a que sigo construyendo un disco para mí y apara vosotros y me da cosica no poner nada de mi cosecha. La segunda canción de un disco recopilatorio personal debe estar alejada de la primera, opino, para dar la impresión de que todo cabe dentro de ella, y posteriores posibles excentricidades tengan mejor encaje. Cambiamos pues, de tempo, estilo e idioma. Llamadme obsesivo si quereís, piropeadme, mejor.

Así que vamos con la segunda canción del disco, una versión de esta canción de los Stones que trata del recurrente tema rockero de la mujer idealizada como una diosa que es cruel y luego recibe su némesis, se hunde, y para colmo, le dedican una canción rencorosa. Su letra original, traducida, sería more or less algo así:

Cuando estés ahí sentada
En tu silla tapizada de seda
Hablando con alguno de los ricos que conoces
Bueno, espero que no me veas
Con mi andrajosa compañía
Sabes que nunca pude estar solo

Bájame, pequeña Susie, bájame
Sé que te crees la reina del "underground"
Puedes enviarme flores muertas cada mañana
Envíame flores muertas por correo
Envíame flores muertas a mi boda
Y yo no olvidaré poner rosas en tu tumba

Bien, cuando estés sentada cómodamente
En tu Cadillac color rosa
Haciendo apuestas para el Kentucky Derby Day
Yo estaré en la habitación de mi sótano
Con una aguja y una cuchara
Y otra chica puede hacer desaparecer mi dolor

Bájame, pequeña Susie, bájame
Sé que te crees la reina del "underground"
Y puedes enviarme flores muertas cada mañana
Enviarme flores muertas por correo
Enviarme flores muertas a mi boda
Y yo no olvidaré poner rosas en tu tumba


Así podeís compararla con la letra de la versión que nos ocupa y ocupa el segundo surco, Flores muertas del grupo de rock madrileño Desperados, el tipo de grupo rockero y con actitud, Bourbon y rockabilly que uno imagina en esa época, como si fueran de Manchester o New Jersey, mismamente. Una banda llena de fuerza y chulería rockera carabanchelera (el disco dónde se inserta este tema figura un spaguetti western y se titula "Por un puñado de temas") y del que salió una de las grandes guitarras del rock en español, Guille Martín, fallecido en 2006.

Sin más preámbulos, poneos vuestras chupas de cuero, o pantalones rotos, o lo que se llevara (yo era un niño y no sé muy bien), entrad en el garito, cuidado con las escaleras, hay una oscuridad espesa de humo y empiezan los primeros acordes de la canción. Damas y caballeros, tíos y tías, con todos vosotros...


sábado, 9 de abril de 2011

Parábola del Barco

La poesía
no hace que ocurra nada: sobrevive...

W.H Auden


La luz es más tenue ahora. Aunque el sol nunca desaparece por completo del horizonte, solo una luz blanca, como si la niebla la propagara, permite hacerse una idea de la inmensidad extendida y quieta que se abre ante el navío y que luego queda resumida en su espumosa estela. Parece que hace cada vez más frío, y los inmensos bloques de hielo son el único modo de medir aproximadamente el tiempo entre una luz invariable y un rumbo que ninguno comprendemos del todo.

Es un barco confortable. Hay salas de baile y esparcimiento diverso, restaurantes, incluso miradores, y también multitud de camarotes, todos individuales, y según cuentan, muy distintos entre sí. Y todos los viajeros que he conocido en la travesía también lo son, lo somos. Algunos son habituales de los bailes y las fiestas. Otros gustan del cine, y sus películas, que ya conocen de memoria, vistas y vueltas a ver repetidas. Otros somos habituales del mirador, y tratamos de suponer nuestro rumbo. Encima de nosotros, desde el puente de mando, otros se interesan por lo mismo, investigando los instrumentos y las cartas de navegación, tratando de suponer los motivos y cálculos del capitán y su tripulación, a quienes nadie hemos visto nunca. Bueno, se cuentan historias sobre personas que fugazmente oyeron abrir la puerta del camarote del capitán, o incluso una luz detrás de la puerta entornada durante unos segundos, antes de volver a cerrarse. Hay quien da crédito a esas historias, e incluso organizan grupos para pasar unas horas frente a esa puerta, o la de algún suboficial, intentando captar alguna señal que permita sugerir algún plan del viaje: las teorías se suceden. Pero lo cierto es que todos hemos sentido, más veces o menos, con más fragor o ligereza, esas preguntas, en especial en zonas de travesía que bañaba la noche y las salas de recreo quedaban bajo una oscuridad mórbida, vacías.

Mi especulación es la siguiente: no existe el abismo tal y como se muestra en los mapas de navegación que visité cuando creía que el análisis en la sala de mando ofrecería respuestas. Ese abismo será simplemente la quietud y el silencio, ver a lo lejos, en todas direcciones unos cuantos icebergs a los que nunca llegaremos, como puntos señeros de una topología definitiva. El capitán...no puedo hacerme una idea, ni sé su aspecto, o si sigue vivo aún (tiemblo al formular esta posibilidad). Es posible que mientras el barco avance nadie sienta una desesperación tal como para tratar de buscarlo como única salida, pero ese momento, que no creo que vea, llegará. Y allí comenzará una nueva etapa en la vida de este barco, en el que nos mantenemos expectantes, algo atemorizados y sin embargo, tratando de construir nuestras vidas. ¿Puede ser que cada viajero sienta, e incluso vea parajes distintos? Mi mente se rebela ante semejante absurdo. Pero lo cierto es que cuando era joven, el viaje se me aparecía entre aires cálidos, tormentas de belleza sobrecogedora y compañeros de viaje más amables y comunicativos. El tiempo ha ido entrando en la zona pálida de la travesía, como si el sol hubiera ido soltándose del tenue hilo con el mar, deshilachado. Y cuando entro en la zona de recreo, veo ese brillo que he perdido ya en las miradas más jóvenes, y recuerdo a Ella. Pienso que es posible que ni siquiera me vean, y que llegará el momento en el que yo dejaré de verlos a ellos, a los compañeros con los que más he coincidido y me imagine que soy el único tripulante del navío, invisible e incapaz de ver. Un fantasma que materializará otros fantasmas que ahora comienza a sentir de nuevo. Puede que incluso entonces oiga, sienta o pueda ver el rostro del capitán, en quien hace tiempo deje de creer, en la deriva a través del mar infinito.

Pero todo esto es una suposición de una mente ociosa, que ya se cansó de suponer más. He estudiado las cartas marinas, las derrotas, los posibles rumbos. He visto la posición solar y de las constelaciones, he tratado de averiguar hacia dónde, por qué, de qué manera. Incluso he escuchado antiguas historias, leyendas, mapas en los que antes se creía, canciones y relatos de todo tipo (sí, hubo una época en la que pude haberme divertido más, aunque me divertí mucho escribiendo mis propias canciones y poemas, que nunca he revelado a nadie. A lo mejor debiera). Quizá todo haya sido en vano, y la verdad está en las salas o en los camarotes. Pienso, sin embargo, que aunque todos los demás objetivos de saber hayan fracasado, cuando llegue el momento del silencio o la parálisis, todo ello permita, asustado como estaré, no gritar mucho.


viernes, 1 de abril de 2011

Parte tres del relato sin nombre ni dirección...Un accidente

El progreso exige víctimas. Recordaba en su preparación la repetición hasta el hastío, hasta el olvido, de esa frase terrible, materializada sobre una cara deshecha, que le había devuelto su verdadero significado cuando había dejado de significar nada. Su elección para trabajar como subalterno en los mundos exteriores le había disgustado. Sentía que otra ocupación sería posible para sus sueños. Pero no existía alternativa. Quizá algún momento llegó a pensar que lograría adaptarse. Nunca imaginó un día como aquel. Un golpe sordo, apenas un grito, sirenas, humo, el fin. Aquellos que no habían tenido suerte para acceder al seno de la Corporación o de las formaciones superiores sufrían bajo los túneles, morían, y eran perfectamente reemplazables por otros en una espiral macabra de insignificancia y olvido. Y no era capaz de concebir aquella casa donde en breves minutos se instalaría súbitamente el silencio, como en su mente ahora, recordando un cuerpo tendido sobre el suelo húmedo. No era posible. Las instrucciones eran claras, la seguridad exigía que los miembros de la empresa no bajaran a la ciudad. Nunca sintió tanta rebeldía, como sangre en la boca, y deseo de infringir una directriz. El turno acabó, los trabajadores volvían a sus refugios breves, con el peso de la desgracia sobre sus hombros. G veía a lo lejos algunas luces amarillas entre la tormenta, y recordaba su llegada allí antes de llegar hasta su vivienda otorgada por la compañía.

Sus casas eran refugios miserables donde sólo el alcohol y la brutalidad desesperada parecían capaces de prosperar. Las calles, anchas y vacías, entre carteles de la empresa con mensajes de su director que casi nadie se atrevía a rasgar, pero en los que se depositaba la erosión del tiempo y la lluvia. Las noches eran silenciosas y opresivas, pero en su seno había explosiones de luz, en ciertos lugares concebidos para el olvido del malhadado día y sus sacrificios constantes. Seguía lloviendo pesadamente, sin ritmo, sobre la choza de G, y a lo lejos veía montones de termiteros abigarrados con algunas luces dispersas, la ciudad que no tenía derecho a soñar azotada por la tormenta, como un barco desarbolado y a la deriva. Anochecía con rapidez entra fugaces fulguraciones de rayos implacables. Y arreciaba la lluvia.

También el trabajo en una mina puede agachar la cabeza e impedir mirar al cielo. Recordaba con amargura las miradas tensas, interrogantes y cargadas de reproches más antiguos que ellos mismos de los trabajadores. Ni siquiera recordaba todos los nombres. Había creído que sería posible ganar su respeto, incluso cierta complicidad; pero había una diferencia que se percibía de una forma tan material como los muros de los túneles. No eran iguales. Y él se sentía culpable ahora, y en sí luchaban la tristeza y la rebelión contra la injusticia que su cerebro le decía cometía contra él mismo sintiéndose así, y la lucha sorda y atroz de su corazón y su cabeza inclinaba su cerviz y apesadumbraba su espalda, sin espacio para mirar las nubes que apenas dejaban ver unas pocas estrellas, como señales eléctricas desesperadas de un naúfrago.Más allá de ellas, en un cuadrante que ahora azotaba la furia del rayo, su hogar esperaba. Había dejado un pasado, una ilusión de ser alguien distinto en las promesas de una corporación inamovible y rígida que ahora asumía un nuevo significado.

La angustia le impidió dormir. Los truenos pasaron, pero la noche y el agua le traían imágenes y pensamientos de costillas desnudas formando cofres curvados, arpas góticas en las sombras de su cuartucho, cuerdas desaplomadas que el viento alevaba, cauces de ríos sobre su cabeza, explosiones irresistibles que anhelaba. Ni siquiera se inquietó demasiado cuando recíen madrugaba y se puso en pie, el rostro demudado del conserje le informó de que debería acudir a la Sede Central en un plazo de unas semanas. "Nunca dicen que quieren, intento añadir con una sonrisa forzada, pero todos confíamos en la justicia del Señor Director y los Consejeros. Respecto a lo de ayer, siempre existen accidentes. Es una lástima". El tono mecánico de estas palabras y su alejamiento inconsciente y despreocupado lo torturó aún más. No quería acabar siendo como él. Como si algo instintivo lo empujase a alejarse de él, de la mina, de la ciudad atroz y de las miradas que debería soportar en los breves minutos que restaban para que las sirenas iniciaran el turno, miró al cielo y buscó entre el cielo escarchado del amanecer su lejana casa.



Partes anteriores:

Parte 1

Parte 2

Partes posteriores:
Pues no se me ocurre mucho, jjeje...si alguien tiene una idea o quiere seguirlo, se le cede por un tiempo ;) a ver que va saliendo. Espero que os guste al menos un poco :) Y si no, pues con confianza en la crítica, ya sabeís. Abrazos comunales.