viernes, 30 de marzo de 2012

Relato fugaz

Por feisbuc me enviaron una solicitud de escritura de relato breve, y ya que no estaba muy ocupado esta mañana, lo he hecho. No sé si lo presentaré allí, supongo que sí. Ya que está hecho... xDDD Pero aquí sí que lo pongo, que estaba desconectadísimo de esto. Aquí lo teneís, y hola a todos de nuevo, sé que he estado muy muy ajetreado estos días...que os guste, espero.

INSERTE SU PROPIO TITULO AQUÍ (No sabía cual ponerle, si os animaís, me decís alguno. Dios, que vago estoy)


"Muerto, las arenas envolvieron su cuerpo", era el final de la oración más sagrada, aquella que reverenciaba al profeta que llegó de lejos y dejó su legado de santidad y conocimiento del que nunca cambia. Sus palabras acabaron en libros desconocidos, y durmieron durante muchas estaciones. Eremitas que habían renunciado a la púrpura encontraron sus huellas en palimpsestos dispersos por las costas que las corrientes marinas acercaban. Supieron de las doctrinas extravagantes y atrayentes de las transmigraciones aúreas entre cuerpos desnudos en el momento del climax, las formas de adquirir la valentía de los guerreros muertos, los rituales que conjuraban las tormentas de arena y las galernas en los territorios de las lagunas heladas. Se le atribuyeron mapas, guías, comentarios acerca de los textos sagrados de los bhodi, que auguraban una reparación completa a las fatigas del cuerpo mediante la educación del alma, cuya existencia sus feroces enemigos doctrinarios negaban. Leyeron sus textos a la luz de las más variadas formas místicas.

Se le asignó una biografía. Nacido en tierras boscosas y de luvia perenne, llegó desde el angosto mar hacia la luz de las ciudades libres y unidas tan sólo por las caravanes de mercaderes. Fueron parcos en la asignación de prodigios, hecho que las siguientes generaciones subsanaron, generando un cisma entre quienes aceptaban sólo los primeros escritos como inspirados por los efluvios de la divinidad ubicua y aquellos que la extendían a ciertos exégetas y ascetas posteriores. Con el tiempo, las corrientes se fueron separando, y las disputas por los tronos adquirieron el color de los bandos enfrentados, acentuando la inestabilidad de reinos, califatos, satrapías, patrias.

Apenas quedaba nada del mensaje original que un día trató de implantar una noche fría entre los miembros de un pueblo de nómadas que le pidieron una historia al extraño que les acompañaba de vuelta a su hogar, para ver mundo. Tartamudo y con deficiente comprensión de la lengua de sus acompañantes, trató de repetir la historia que sus antepasados contaban, acerca de la separación y la redención de los viajos amantes, cuya relación no era nunca la de la fulguración que elimina el desgaste del tiempo, sino una dura y dolorosa lucha en las tinieblas en busca del encuentro y la reconciliación definitiva. Y era un relato amargo, pero en el que cabía inmensa, la esperanza y el ímpetu de felicidad.

Sus huéspedes aplaudieron su historia, y la llevaron a otras ciudades, una vez que el extraño no pudo superar unas fiebres causadas al atravesar un pantano y ser quemado en una pira, de acuerdo a lo que creían que debía haber sido la costumbre de su pueblo desconocido.

Cabe suponer que ante el dios de infinitas caras, una por cada creyente, se sentía avergonzado por haber iniciado aquel juego de infinitas causas y consecuencias que no es capaz de desanudar la frustración del desconocimiento acerca del futuro y el destino de la muerte. Otra posibilidad es que fuera sólo el instrumento de esa voluntad divina que, si existe, nadie puede aspirar a comprender.





Hasta pronto. Por cierto, blogger no me ha dejado hacer comentarios en muchos blogs, espero que se arregle a no mucho tardar...

viernes, 16 de marzo de 2012

La oficina encantada por los ecos de la Montaña


En una palabra, La montaña mágica es una variante del templo iniciático, sede de una peligrosa investigación que persigue el misterio de la vida. El Grial que, a pesar de no encontrarlo, intuye en el sueño provocado por la cercanía de la muerte, antes de que se vea arrastrado, desde sus alturas, hasta la catástrofe europea, es la idea del hombre, la concepción de una humanidad futura que haya atravesado el conocimiento más profundo, la enfermedad y la muerte. Porque el hombre mismo es un secreto, y toda humanidad descansa en el respeto al secreto del hombre.

Thomas Mann, "Introducción a la Montaña Mágica"



Empecemos por una crítica literaria (ese grato ejercicio donde cualquier juntaletras como el que os escribe puede codearse con genios e incluso enmendarles la plana) al vuelo: Thomas Mann, alguien con pinta de pedante prepotente e insoportable, te aniquila. Destroza, desmonta y se ríe de cualquier aspiración artística que quieras tener en cada frase, cada digresión, cada cosa que cuenta. No es posible escribir así. Y "La montaña mágica" es el crudo invierno de la realidad, eso es una novela como es debido, eso es elegir la palabra justa, eso es crear. Después de gozarla, te cae el ladrillo de la realidad encima. Y si no tienes cuidado te puede caer la novela de la estantería, y también te dolería bastante. Mil páginas, casi. De una historia sencilla, en apariencia. De la vida y lo que la forma. Y de dónde está la verdadera. En fin. Qué importancia tiene que niegue tus capacidades como escritor, si te regala inagotablemente como lector.

Claro, también podría empezar más modestamente narrando una oficina de ayer cualquiera, pasillos amplios, ventanales y luz natural, compañía amable y un intento de buscar un futuro, buena educación y sueños...y de cómo todo eso no basta.

Hans Castorp, un modesto burgués de esperanzas simples y banales, como nos hemos convertido todos(generalización) en esta sociedad occidental, la más acomodada y privilegiada que nunca haya existido, acude de visita al santorio donde su primo trata de recuperarse de la, temible entonces, enfermedad de la tuberculosis. Y allí pasará su juventud, en una imitación de la vida no exenta de placeres y comodidades, pero que nos parece un sucedáneo. Y a veces es feliz, diríamos. Los personajes son símbolos de una sociedad concreta (que son nuestras raíces) pero el talento del novelista les otorga un presencia vital indiscutible. Creemos conocerlos, tumbados en sus curas de reposo, en su rechazo de la muerte, esa fiera que los acecha entre las cumbres nevadas, en sus diversiones groseras. En sus imperfecciones. En su creencia conmovedora de que pueden escapar.

Y si resultara que soy un personaje de novela que muere en el momento en el que duerme quien contará mi historia, cambiaría las chaise longue por oficinas agradables, repletas de comodidades donde los empleados aparcan su vida durante unas horas buscando beneficio y calor, escapando de la pandemia actual de la falta de trabajo y sus subproductos abyectos. "Y entre los cristales que reflejaban la luz neblinosa de la mañana sobre la oficina, un nuevo día iba trayendo otra ilusión sobre sus cabezas, inclinadas hacia las pantallas brillantes..." (ya os lo dije, yo no doy para más)

Se ha descrito la peripecia del sanatorio de Davos como "una épica de la enfermedad". Suena sugestivo. En principio, teorizar sobre la enfermedad es fácil; somos átomos inestables unidos durante el breve periodo de tiempo que nuestro material genético nos necesita para perpetuarse, por ejemplo. Que hay algún bacilo o algún virus durmiendo y que algún día despertará, para nuestra desgracia, también. Pero una teoría se construye en medio segundo. Construir una catedral de palabras para grabar a fuego en el corazón del lector que para vivir hay dos caminos: uno es el común, el directo y correcto. El otro es tremendo, conduce a través de la muerte y es el camino genial, y hacerlo a través de la noción de un tiempo alterado que se escapa entre miedos innombrables y alegrías fugaces que se resisten a dejarse atrapar, apendizaje, amor, desastres, enfermedad,enfermedad que aligera los días, aleja del mundo, crea una ilusión de vida en la que existe simple supervivencia, es propio de un maestro indiscutible. Respecto a la tesis que expresa...bueno, siempre he huido de esa idea general de que el dolor enseña nada. Diría que oculta y llena de amargura, en cambio. Pero si se trata de que el riesgo fortalece...bueno, es una idea peligrosa...pero quizá resulta incluso necesaria recordarla. Estamos dormidos, joder.

Quizá en el mundo en que vivimos (tan bien) existan otras fuentes de nervio moral y vital que ayuden a sentir más vitalidad cada día. Personalmente, mientras caminaba medio dormido por un pasillo de una estación de autobús extranjera entre bolsas y miradas perdidas y somnolientas como la mía, quizá sentir una punzada que no sabría definir, quizá que necesito otro camino de vida, uno que no excluya el riesgo ni la esencia, que no sea como una cerveza sin alcohol, un café sin cafeína o una política que se convierte en administración de los restos del naufragio. Hans Castorp viajó a Davos y entregó sus posibilidades a una realidad que lo adormeció y lo encantó en un sueño amable pero amargo. Puede que nosotros, habitantes de las llanuras que Naphta consideraba que sólo reclamaban para sí la expansión ilimitada del ego y en justa retribución hallarían el terror, recibamos noticias de aquellos que viajan a Davos para negociar millones, y millones de vidas ajenas. Y la verdadera vida está ausente. Yo era escéptico con la pasión y el entusiasmo. Pensaba que se trataba de poses chillonas que no correspondían con lo que pensaba acerca de las cosas. Con los años, uno cree que el pesimismo intelectual combinado con el entusiasmo y la pasión por la vida son una mezcla posible y deseable. Pero no sé como eliminar la red, y me da miedo caer. Y aunque quisiera, quizá no me la quitarían, y apelarían a mi propio bien. Pero desvarío...y eso, en esta entrada, resulta imperdonable.

Quizá hay otras mañanas en las oficinas. Hay muchísimos pacientes que vencen sus enfermedades, y no acaban desembocando de vuelta a la vida, a su parte más atroz. Y quizá las búsquedas encuentran (aunque sean cosas diferentes de las que estabas buscando, como pasa en mi habitación...). En el desastre en el que acabó cayendo Hans Castorp, en el desastre en el que ahora nos vemos inmersos, puede haber palabras antiguas que resuenen con un eco de verdad y ayuda.

Que hacía esta tarde, en un banco de una estación sombría oyendo el viento cuando las puertas automáticas se abrían y mirando la lluvia caer, pensando en estas cosas , es algo que no alcanzo tampoco a comprender, pero no me disgusta. Banales o con algún punto de interés, al menos he logrado juntar algo de tiempo para escribir unos apuntes y saludaros de nuevo, y agradeceros vuestra presencia en mi desordenada casa (como mi habitación, de nuevo). Más luz. Más nervio. Más amor. Más vida. Qué difícil es. ¡A degüello!


¡Adiós, Hans Castorp, hijo mimado de la vida! Tu historia ha terminado. Hemos acabado de contarla. No ha sido breve ni larga; es una historia hermética. La hemos narrado por ella misma, no por amor a ti, pues tú eras sencillo. Pero en definitiva es tu historia. Puesto que la has vivido, debes sin duda tener la materia necesaria, y no renegamos de la simpatía pedagógica que durante esta historia hemos sentido hacia ti y que podía llevarnos a tomar delicadamente, con la punta del dedo, un ángulo de nuestros ojos, al pensar que ya jamás te volveremos a oír ni a ver.

¡Adiós! ¡Vas a vivir o a caer! Tienes pocas perspectivas; esa danza terrible a la que te has visto arrastrado durará todavía unos cortos años criminales, y no queremos apostar muy alto que puedas escapar. Francamente, nos tiene sin cuidado dejar esta cuestión sin contestar. Las aventuras de la carne y el espíritu, que han elevado tu simplicidad, te han permitido vencer con el espíritu lo que no podrás sobrevivir con la carne. Hubo instantes en que surgió en ti un sueño de amor lleno de presentimientos —sueño que «gobernabas»—, fruto de la muerte y la lujuria del cuerpo. De esta fiesta mundial de la muerte, de este temible ardor febril que incendia el cielo lluvioso del crepúsculo, ¿se elevará algún día el amor?

La negrita es mía. Quería poner mi sello en la historia de la novela universal xD

jueves, 8 de marzo de 2012

Canciones para la BSO de una vida(Tracks 9 y 10, un corazón de oro que hace nacer otra estación de los amores)

Felicidades a todas las mujeres maravillosas que pueblan la tierra, y en especial a una que ya sabe quien es ;) Vamos a pinchar una musiquilla, que ya es hora... pero antes, un preámbulo, dedicado a ellas...y luego, a todos.

Un hombre que cuida un jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
El tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

Y ahora, a caminar...



He buscado como un minero, en túneles de sueño y sudor, en el fulgor de los rayos del sol iluminando las salobres cuevas y las fosas que nadie más ha osado desvelar. Pero mis ojos lentos y mis piernas gastadas empiezan a flaquear en busca de lo perdurable que se quede a vivir el resto de mis pobres días a mi lado, para iluminarlo con una luz que haga renacer los frutos caídos. ¿Hay algún corazón de oro en la sala? Una canción tan dulce que se deshace entre solos de armónica mientras viaja a nuestra alma y la endulza durante unos minutos, logrando el embrujo. Aunque luego haya que seguir buscando. Bien hecho, maestro.

Quizá encontrar (o mejor aún, reencontrar y volver a descubrir cada día un corazón de oro hace nacer una nueva estación de los amores. No tengo muy claro por qué incluyo esta canción, más allá de que cuando era más joven me parecía flojilla y hoy no podría imaginar no conocerla.Porque los deseos no envejecen, a pesar, de la edad...y porque no hay que pensar tanto en las espinas de las ocasiones malgastadas. A veces, incluso aunque seas un Stark, summer is coming... y ya vereís. Os sorprenderá...y espero que sea dulce, con conocidos que se vuelven imprescindibles, o, incluso mejor, con la misma persona, vista con una luz diferente. La que aporta el esquivo, pero nunca dejado de buscar, corazón de oro.




Acabo con una frase que leí el otro día."Ser bueno no es ser tonto. Ser bueno es una virtud que algunos tontos no entienden". Sí. Yo tampoco entiendo el baile de Battiato en el original de la canción, mezcla de místico sufí y guardia urbano estresado, pero que más da. Le queda un nuevo entusiasmo por latir al corazón...y otra posibilidad de conocerse...los horizontes perdidos no regresan jamás, pero persisten en la memoria...

Partamos hacia las montañas ignotas y los hielos perpetuos, las oficinas imperturbables y los estadios ansiosos. Hay joyas que encontrar y tiempos que celebrar. Y el tiempo se va agotando. Agotémonos gratamente con él. Y sed buenos.