Henry D. Thoreau
Hay quien ha querido saber por qué vivir rodeados de gente, esos rostros hostiles o indiferentes que a veces nos acechan o nos muestran su molestia en las mañanas de niebla. Y para ello ha buscado en su soledad transitoria el sentido de su vida. Sólo un Dios o una bestia pueden vivir solos para siempre. Pero a veces la soledad es una buena amiga y un gran bien, a sorbos. El humo y el sonido de la ciudad no dejan levantar el vuelo y entre papeles y mentiras de la comunidad que fue construida para cooperar en la felicidad de sus miembros y se ha convertido en puro estado del malestar podrido por quienes no tienen ojos para otra cosa que el asqueroso dinero, a veces un bosque, puede ser el único refugio. Al menos, el tiempo en el que las cuentas permitan que siga existiendo. Así que es un buen momento para recordar Walden.
Henry David Toureau, padre de la teoría de la desobediencia civil y auténtico libertario, quiso encontrar el por qué de su vida con los otros, y para preguntárselo, eligió vivir solo durante una temporada. Creía que la esencia del hombre libre era la vida en la naturaleza, que la sociedad industrial cortaba sus alas, le hacía olvidar sus orígenes y negaba su esencia y su posibilidad de elevación espiritual. Construyó una cabaña a las orillas del lago Walden, aprendió a escuchar los sonidos del bosque, recogió y pescó su comida, recibió a los amigos que se interesaban por su experiencia y buscó la verdad. Cabe suponer que fue feliz. Después volvió a sus semejantes, seguramente siendo otro. Y nos dejó escritas sus experiencias y reflexiones. Y en verdad os digo, amigos, creo que no hay nadie que no quisiera tener un Walden para una época... Uno de mis sueños más recurrentes es construir mi propia cabaña y poder vivir durante épocas en ella, solo o bien acompañado ;P ...y luego volver a la civilización, tan estresante y olvidada de las verdaderas necesidades humanas. Con todos vosotros, el lago Walden...
En cuanto a la gente que me gustaría conocer, aparte del gran Thoreau, elijo en esta entrada a otro humanista, pero con un fin más desdichado. Amigo de Erasmo de Rotterdam e ilustrado, William Tyndale quería que la gente privada de educación y mantenida en el fanatismo para su manipulación y desdicha, pudiera conocer aquello de lo que se le hablaba y era la justificación de sus vidas. Así que abordó un trabajo peligroso, traducir el Nuevo Testamento al inglés, como John Wyclif había hecho antes con la Vulgata latina, convirtiéndose en un hereje que fue perseguido y libró la muerte por su edad y amigos poderosos. Tyndale compartía sus críticas a la superstición e ignorancia del clero, que mantenía en esas ideas erradas y esa fe simple al pueblo, y quiso que el chico que guía el arado pudiera conocer las Escrituras por sí mismo, sin intermediarios en el conocimiento ni la interpretación. Así que envió su solicitud al Obispo de Londres, que no respondió. Tyndale comprendió que sólo podría llevar a cabo su labor fuera de Inglaterra, de donde marchó y ya nunca volvería.
Vigilado al principio, perseguido ferozmente luego, acomete su labor y encuentra algunas imprentas donde clandestinamente formaría ejemplares enviados a Inglaterra, mientras en otras los enviados del rey Enrique VIII logran prohibir la ayuda al fugitivo, cuyos libros son interceptados y quemados en Inglaterra si se descubren, aunque es razonable pensar que tuvieron una cierta difusión, peligrosa y mínima. Para entonces, el ingenuo Tyndale ya era un hombre condenado. Cuando pensaba que la persecución había remitido, un agente inglés gana su confianza y lo traiciona, es encarcelado, condenado por herejía, estrangulado y quemado cerca de Bruselas. El Papa, complacido, otorgó por este hecho a Enrique VIII el título de "Defensor de la Fe" (una ironía como no se ha visto luego igual...) Y décadas más tarde, la versión de Tyndale fue ampliamente reconocida y recogida en la Biblia del Rey Jaime. Siempre hay algo que puede sobrevivirnos, si nos dedicamos a ello con pasión y tesón, supongo.
El camino no elegido
Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo,
Y apenado por no poder tomar los dos
Siendo un viajero solo, largo tiempo estuve de pie
Mirando uno de ellos tan lejos como pude,
Hasta donde se perdía en la espesura;
Entonces tomé el otro, imparcialmente,
Y habiendo tenido quizás la elección acertada,
Pues era tupido y requería uso;
Aunque en cuanto a lo que vi allí
Hubiera elegido cualquiera de los dos.
Y ambos esa mañana yacían igualmente,
¡Oh, había guardado aquel primero para otro día!
Aun sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante,
Dudé si debía haber regresado sobre mis pasos.
Debo estar diciendo esto con un suspiro
De aquí a la eternidad:
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia.
Robert Frost
Yo necesito muchas veces encontrarme a mi misma en mi "soledad deseada"...Creo que hay que saber vivir con uno mismo y no tenerle miedo a ello...aunque no dudo que son necesarios momentos de convivencia con otros. Un abrazo
ResponderEliminarMuy bueno Explorador. Nos acercas a dos personajes que aún siguen vivos gracias a su legado. Vivir en el campo, no está mal para encontrarse consigo mismo, pero mejor bien acompañado como bien apuntas. Un abrazo.
ResponderEliminarLa soledad... uno de mis temas favoritos, la soledad bienamada o repudiada. Y parar el tiempo, pararse para sólo ser.
ResponderEliminarSin embargo, yo también me sumo al retiro en buena compañía.
Muy bonito post.
¡Saludos!
Pues dos cosas:
ResponderEliminar1.- Me encantaría perderme en ese lago.
2.- Lo peligroso que es para algunos gobernantes que la gente tenga cultura y educación.
Saludos!
Henry D. Thoreau, muy bien escogido en los días que corren.
ResponderEliminar¡Saludos, explorador!
Excelente entrada, Explorador. Me ha hecho gracia ese pobre condenado por traducir la Bibilia, para hacerla llegar a la gente. ¡Por poco más!
ResponderEliminarY, ¿quién no ha pensado en fugarse? Lo que hizo Thoreau es precisamente eso. Muchas veces pienso cosas parecidas, y lo único que me retiene en realidad es estar casado y tener una hija.
Sobre Frost. Deberíamos hablar más de él. Que por cierto es el único, casi, que conocía antes de leer esta entrada.
The woods are lovely, dark, and deep...
Increíble poeta.
Un abrazo.
yo también sueño muchos días con la cabaña y el lago, y recuerdo con tus palabras un capítulo de "Doctor en Alaska", y, si no recuerdo mal, "El club de los poetas muertos", donde también se cita esta obra. No sé si en el lago en la cabaña alcanzaríamos lo que andamos buscando, si buscamos algo, pero desde luego, lo que es cierto, es que esto que hemos creado nos va restando, a diario, y casi sin darnos cuenta, nuestra esencia y libertad.
ResponderEliminarSalud, Explorador.
A la tuya voy a beberme ahora mismo una cerveza en mi terraza, al atardecer, mi pequeña cabaña junto al lago. Mi rincón.
Maravillosa entrada explorador! Yo también pienso muchas veces cómo me gustaría vivir, a quién me gustaría conocer, con quien compartiría largas charlas y tazas de té...
ResponderEliminarMe encantaría tener una casita cerca de la playa, perdida en algún pueblo olvidado por la civilización, donde sólo se respire paz y armonía.
Creo que la soledad de vez en cuando es necesaria si queremos encontrarnos con nosotros mismos....
Vaya, me acabas dar que pensar y me has inspirado al mismo tiempo! Lo mismo hasta escribo una nueva entrada!
Besines
En un momento en el que me siento tan pequeño y prescindible, escribes esto y no me queda más remedio que rebelarme contra la apatía, me haces creer que cada persona es importante sin más que con proponérselo, y me haces creer que los obstaculos solo están para saltarlos.
ResponderEliminarMe has puesto las pilas, un abrazo
Por cierto, quizá pronto me escape a tu ciudad a pasar el día, es uno de esos sitios donde no me importaría vivir :)
ResponderEliminarEn mi vida he visto obras aisladas, metidas en bosques. La casa Fansworth, Picture Window, Fallingwater, uno sueña mucho pero de verdad nos gustaría vivir allí, tranquilos.
ResponderEliminarY si tuviera esa oportunidad, la dedicaría a la música. Estar solo o bien acompañado, en casa mirando el río pasar.
Buen día, Hare Krishna!
A mi modo de ver, la soledad voluntaria es necesaria, no tanto para encontrarnos a nosotros, sino para sentir de forma auténtica. Disfrutar esa soledad en una entorno natural (ni siquiera hace falta que sea tan bello como el lago Walden) es un auténtico festín.
ResponderEliminarAdemás esa soledad buscada nos aporta, seguro, equilibrio para sobrevivir entre "esos rostros hostiles o indiferentes que a veces nos acechan o nos muestran su molestia en las mañanas de niebla" que tan bien citas.
Saludos
Muchas gracias a todos. Ando con un nuevo trabajo, muy cansado y no muy allá, así que me habeís alegrado estos días.
ResponderEliminarWinnie, coincido, lo más importante es aprender a convivir con uno mismo :)
Juanjo, mejor acompañado, claro ;) y deja legado es una hermosa ambición que estos tiempos han olvidado, parece. Ese 41 de Dallas deja legado, por cierto, ¿eh? ;)
Silencio, muchas gracias. Creo que somos muchos los que pedimos bajarnos del mundo, a veces.
Ethan, un resumen inmejorable. Coincido en ambos :)
Patricia, un gran hombre, ¿verdad? ;)
Igor, una hija debe ser suficiente para darle un voto de confianza al mundo, así que sigue escapando a Vamurta, pero no más ;) y Frost es la leche, desde luego. Un abrazo :)
José Ramón, gracias ;)
Luisa, gracias, muy atinado eso de que vamos perdiendo esencia y libertad. Yo me tomo agua fresca a tu salud, sintiendo la vida dentro de mí, y si el trabajo me deja, intentamos vernos por salamanca, si coincidimos y te parece bien ;)
Vane, pues si te animas, la leeré con gusto, como siempre. Un saludo :)
Juanjo, saber que te ha gustado me alegra y me pone las pilas a mí, que créeme, me hace mucha falta :) gracias
Tom, un hermoso sueño, por supuesto. Un río cristalino y música...ay, que bueno. Hare Krishna :)
José, yo también la creo necesaria, a veces, una manera de sobrevivir.
Un abrazo enorme a todos, perdonar si he sido breve...estoy acabao :D
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe parece bien. Cuando era joven (más) iba todos los años. Muchas amigas estudiaban allí. Yo opté por Madrid. Pero todos los años iba unos días con ella. Volví a pasar el día hace un par de años. Y ahora, iré un sábado temprano, con mi coche, por el placer de pasear por aquellas calles. Sí, nos vemos :)
ResponderEliminarAprendiendo maravillado y, en silencio.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Sabes qué? No solo se nos presentan en la vida dos caminos de tierra para poder andar, que con nuestras decisiones veamos lo que tenemos, tendremos o podríamos tener si la elección es acertada, difícil, diría que imposible, porque aunque vuelvas sobre tus pasos, ¿Quién te dice a ti que ese primer camino (o lo que sea) no era en realidad el correcto?
ResponderEliminarHasta que no se termina del todo uno sabremos que hubiese pasado si…
Yo tengo mi cabaña, es más, la he encontrado, al menos en mi interior, te invito a echar un vistazo si quieres, colgué unas fotos en el facebook, es curioso que este post describa tan bien, mis anhelos, aunque yo algún día al igual que Toureau, pienso pasar un temporada, y por cierto, bien larga.
A cuantas “brujas” condenaron a la “hoguera”?......
Un beso mi Explorador y como siempre maravilloso todo lo que escribes, y si, Frost es uno de los grandes.
La soledad tan cercana y a la vez tan lejos del ser humano.Estoy de acuerdo con José Nuñez de Cela. La soledad buscada y aceptada es la mejor. La otra , la soledad perpetuada, creo que no está directamente relacionada con el ser humano.Éste, por mucho que nos empeñemos en hacer o decir lo contrario, es un ser social y si me apuras hasta gregario... Otra cosa es ese aspecto de ensoñación, bucólico y deseado de estar, por momentos o por un cierto tiempo, en una cabaña o alejado de la civilización. En nuestros tiempos hasta llega a ser saludable este tipo de desconexión, pero siempre terminaríamos intentando volver... yo ya lo he intentado. La experiencia grata, pero no me puedo mover sola. Necesito al de al lado. Esta entrada me ha parecido genial. Reflexiva, grata y llena de estados de ánimo. Me ha gustado especialmente. Gracias y un saludo desde mi cabaña. ;-) Tanci
ResponderEliminarque tal..! pasaba a saludarte
ResponderEliminary a invitarte a pasar por mi blog..
he subido un texto nuevo..
te dejo un fuerte abrazo!!!
Luisa, las calles siguen donde estaban, así que las reconocerás bien...esto es un pueblo ;)
ResponderEliminarrsocial3, me alegra que te haya gustado, las dos historias son curiosas, sí :)
Irene, buscaré esas fotos ;) y sí, ¿qué camino me espera en la dirección que no tomo...? Ay, es imposible saberlo. Un beso y gracias por pasarte y comentar :)
Tanci, me quedo con eso de "necesito al de al lado". Supongo que hay muchísima deiferencia entre ambos tipos de soledad. Gracias por el comentario :)
Allek, bienvenido y otro abrazo, ya pasaré a ver que texto has escrito.
Grace mile a tutti :DD
Las caras hostiles de la ciudad son las que nos hacen sentir la necesidad de escapar, para vivir a orillas de un lago.
ResponderEliminarTembién hay caras amables, pero las hostiles se hacen notar más, quizás porque son mayoría.
En cuanto William Tyndale, la cosa da qué pensar. ¡Qué fácil de manipular es un pueblo ignorante, para los que están por encima de él!
Saludos, Explorador.
Yo no sería capaz de vivir solo, alejado de la sociedad.
ResponderEliminarTerrible historia, la de Tyndale. Panda de garrulos que éramos...