"Desciende a las profundidades de ti mismo, y logra ver tu alma buena. La felicidad la hace solamente uno mismo con la buena conducta." Otro Sócrates
Futbolista comprometido política y socialmente, como otros que se comprometian con su felicidad y aun sus vicios antes de venderse a agencias de imagen, apoyó el proceso democrático en Brasil y la necesidad de una formación intelectual de los jugadores. Supongo que a muchos sus planteamientos le parecerían a veces desafortunados o grotescos. Porque eran suyos, y no de una corporación destinada a emitir mensajes incoloros e insipidos. Y bueno, mientras desarrollaba su carrera, pudo estudiar medicina. Es decir, que parecia alguien mas o menos normal que jugaba bien al fútbol y podía ganarse la vida bien con ello.
¿Horrible? Era curioso. No había pensado eso durante años. Para él la palabra "horrible" no tenía sentido. Un horror acumulado termina por ser una costumbre
Pero en el tiempo que va desde la retirada de un deportista hasta su muerte prematura, el mundo da muchas vueltas, con la historia, la vida y los vehículos sin tracción animal, y ese mundo placentero y mágico ha sido sustituido por el de los superhombres mecánicos que arrasan sin emocionar ni conmover. Estoy exagerando, as usual.Pero esto se ha convertido en una fábrica. Y el talento ha quedado bajo sospecha (ese Andrés Montes...) Cada vez cuesta más explicar porque seguimos fanatizados por un espectáculo que pierde frescura. Pero, afortunadamente, aún quedan artistas.
Yo soy el anormal ahora. La normalidad es un concepto mayoritario. Norma de muchos, no de un solo hombre
Lo que cuesta entender es lo que parece pasar aquí. Que cada uno se identifique como quiera con lo que quiera. Pero que en un país que no cree en su gobierno, ni en sus políticos, ni en su prensa, ni en sus intelectuales, ni en sus leyes, ni en sus planes de futuro,ni en sus tradiciones, ni en sus conciudadanos, ni en su historia, ni en su capacidad de cambiar el rumbo, ni en nada que no se reduzca a actos que no obliguen a nada y sean fácilmente publicitables. Supongo que soy excéntrico, pero resulta curioso que malgastemos nuestra fe precaria en pobres hombres como nosotros sometidos a presiones extremas por media décima, medio centímetro, un despiste. Merecerían más indulgencia, aún en el caso de que cayeran en la tentación de la trampa Pero un castigo, también. Sin humillaciones puritanas, y sin humillaciones falsas...un abrazo, como desde la cima de un paisaje inigualable, una reconciliación:
señaladme la piedra en que caísteis
y la madera en que os crucificaron,
encendedme los viejos pedernales,
las viejas lámparas, los látigos pegados
a través de los siglos en las llagas
y las hachas de brillo ensangrentado.
Y luego, dar una segunda oportunidad, que como seres frágiles que somos, todos merecemos. Y como seres adultos, hacer saber cumplir los castigos que vengan.
y la madera en que os crucificaron,
encendedme los viejos pedernales,
las viejas lámparas, los látigos pegados
a través de los siglos en las llagas
y las hachas de brillo ensangrentado.
Y luego, dar una segunda oportunidad, que como seres frágiles que somos, todos merecemos. Y como seres adultos, hacer saber cumplir los castigos que vengan.
El otro día mucha gente llevó su cruz de ceniza en Cork mientras yo casi había olvidado que día era. La cruz de una sanción se puede superar también, como casi todas. Pero no es fácil, ¿y por qué habría de serlo?. Tampoco es fácil llegar a ser un nuevo ídolo que millones necesitan para sentir que sus vidas contactan con el espíritu de su tiempo, que les llama ahora y ahora pueden oírlo, a diferencia de aquella vez cuando pudieron ser elegidos.
Un nuevo terror nacido de la muerte, una nueva superstición que invade la fortaleza del tiempo.
Soy leyenda.
Un nuevo terror nacido de la muerte, una nueva superstición que invade la fortaleza del tiempo.
Soy leyenda.
Quizá mientras tanto, trabajar en aquellas cosas que de verdad nos harían más felices como comunidad. Entre ellas el deporte. Con más artistas y menos atletas. Menos necesidad de trampas y más de alegría y de pan. De Contadores renacidos de sus cruces de ceniza, mientras los Sócrates nos miran y el filósofo le para un penalty a Fausto Coppi, que ha cedido su heroica bicicleta al futbolista para charlar con Jefferson sobre la verdadera democracia y la naturaleza del poder. Y nosotros, peleándonos por tonterías. Esto debe pasar por lo menos, desde que Sócrates preguntaba tonterías, decían. Ah, y gracias a los que me han prestado citas, espero que las encontreis interesantes. Hasta pronto. A ver cuando hay un buen partido...
