jueves, 3 de marzo de 2011

Una reunión en Praga, el lago de sangre y los espejos de agua

He ido tan lejos en el lago de la sangre, que si no avanzara más, el retroceder sería tan dañino como el ganar la otra orilla
Macbeth

¿Habeís estado en Praga? Felicidades a los que sí, a que esperaís los que no. Bueno, a mí me fascinó, al menos, no es la belleza apabullante que quizá tengan otras capitales, pero su misterio y decadente dignidad entre la niebla me hacen que pase de la falsa belleza igual que el sabio/que no cambia París por su aldeaaaaa... y cada vez que piense en ella, una especie de vigilia me lleve a su recuerdo, como un trance lleno de memorias gratas. Y sin embargo, entre aquellas leyendas pintorescas, atrayentes o divertidas asoma, como una mala hierba inextinguible, el inicio de una mentira que influyó decisivamente en la más amarga verdad del siglo pasado. Esa leyenda rescata Umberto Eco en su libro El cementerio de Praga.

No quiero hablar en profundidad de su trama, pero si del juego que propone: A través de un falsificador, asistimos a episodios históricos relevantes bajo la mirada de este (despreciable) personaje, y a través de conspiraciones ocultas de los hechos sabidos, llegamos a la obra maestra de Simone Simonini: a petición de la policía secreta del Zar, debe relatar el plan de una conspiración judía mundial. Y mientras nos cuenta su vida, plena de engaño y traición, vamos conociendo la supuesta mente que ideó los Protocolos de los Sabios de Sión, un documento de destrucción masiva y canalizador de un odio visceral hasta el cenit de su capacidad aniquiladora, desde los pogromos del Este de Europa hasta los campos de exterminio.

En mi opinión, Eco es más erudito que narrador, y a veces la historia concreta pierde fuerza y aliento. Pero lo que nos dice detrás de esa historia guiñolesca y sacada de un ambiente de pesadilla y podredumbre es pura repugnancia y horror, un juego de espejos en el que el hoy se refleja en el ayer y viceversa, mostrando personajes reales convertidos en ficciones que escribieron ficciones que llevaron a, entre otras, la historia más triste del siglo pasado. Y si uno entra en ese salón de espejos y escucha lo que resuena hoy de esos ecos descritos con malicia, la risa se convierte en horror, y lo que se describe con más horror es absurdamente divertido. Tras las sonrisas y las extravagancias se asoma otra risa más terrible, la del demonio siniestro del terror y el odio. Nada es lo que parece...y nada se puede comprender en ese río de la historia...al menos, hasta que es demasiado tarde. Y ese París, esa Praga antiguas, también reflejan el mundo moderno, y la comparación no es excesivamente halagüeña. Sólo que, cuando uno quiere profundizar en estas reflexiones, las pierde, porque otra pista nos lleva hacia otro lado...hacia la nada, el horror, el presagio. Esos espejos también son reflejos de escritos en el agua.

Hasta aquí la crítica del libro concreto; vamos a la historia. Los protocolos, falsificaciones diseñadas por la Ojraná (policía secreta zarista) para desacreditar a sus enemigos (bolcheviques, por ejemplo) y justificar los ataques periódicos sufridos por los judíos en Rusia. En definitiva, crearon un enemigo universal a través de teorías de conspiración. Su éxito fue abrumador, desde Adolf Hitler a Henry Ford, aunque resultan totalmente inverosímiles y su plagio, de una obra realemnte interesante, Diálogos en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu de Maurice Joly, se demostró en 1921. Hoy siguen siendo bastante bien vendidos en algunos paises musulmanes, adaptados para series de televisión, usados para explicar la política israelí, el 11-S etc... por parte de minorías supongo y quiero creer...pero aún así...

Hasta aquí la historia: vamos a la reflexión. ¿Qué tipo de rencor indesmayable puede dictar un panfleto que desea la aniquilación de un grupo humano y ser recogido con entusiasmo por generaciones posteriores? Me acojo a la respuesta de Alexander Solzhenitsyn, muy sugestiva, y a mi juicio (obviamente, es debatible) acertada: dice algo así como que toda la pasión asesina de los mayores villanos de Shakespeare se detenía ante la visión de una docena de cadáveres. Y explica, porque no tenían ideología. El odio puede causar estragos, puede ser vital y arrastrar hacia abismos una vida, o muchas. Pero consume a quien lo sufre, lo agota y derrumba...salvo en aquellos casos en que se revitaliza en aquella zona iluminada por la tormenta donde se une a la razón, los fines superiores y el designio divino o histórico que impulsa al hombre concreto más allá de sí mismo para realizar tareas heroicas e inhumanas (Macbeth again, me atrevo a todo lo que se atreve un hombre; quien se atreve a más, no lo es) a través de un salto desde sí mismo hacia la misión requerida...que, al menos en el desdichado siglo XX fue sólo un salto hacia el horror y el vacío. Hacia un lago de sangre que hubiera espantado a cualquier villano previo.

El último párrafo debe ser una matización: Algunas ideologías también han tenido efectos positivos, han buscado y a veces conseguido mejoras, etc...y supongo injusto que todas debieran ser condenadas sin remisión. Pero aun así, sería mejor que como los seres humanos de carne y hueso que sangran, sufren y pueden aspirar a ser felices que somos, abandonáramos la ilusión de un conjunto rígido de creencias asimilable por grandes masas y nos centráramos en las ideas, a veces convergentes, a veces completamente alejadas entre sí. No somos hombres-masa. No tenemos enemigos-masa ancestrales. Fin del discurso xDDD

Visitad Praga ;)


13 comentarios:

  1. ¡Yau! Interesante, no creo que vaya a Praga, de momento, pero sí iré a la Praga de Eco, que la tengo a un tiro de piedra.
    Más erudito que narrador (me acabas de solucionar muchas dudas que tenía yo sobre este maravilloso monstruo).
    Esa reflexión está genial. Oye, ¿por qué antes no había ideologías? ¿Por qué habían religiones o por qué éramos menos y no hacían falta o había menos educación.......?

    En la Europa descreída en la que habitamos casi no quedan ideologías fuertes. Bueno, la extremaderecha vuelve a florecer avivada por las hogueras del crack económico.
    Este Macbeth... Aunque al final no se arrepintio, a pesar de las dudas.
    Por cierto, el último párrafo me ha hecho recordar a aquellos primeros idealistas modernos, los utópicos.
    Un abrazo.

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  2. Ay, el libro no me apetece demasiado... pero Praga, ay, Praga, qué bonita, por dios. Qué ciudad más bonita y qué riquísima cerveza. ¿Conoces Budapest? Pues aún me gustó más, es más auténtica. Tiene más sabor. Pero el problema de estas ciudades es que son muy plomizas, pasan de lo romántico a lo triste en un abrir y cerrar de ojos.
    ¿Que por qué no había ideologías?
    No sé, supongo que la ideología nace con la burguesía. Antes de que aparecieran los burgueses, todo el mundo pertenecía a una clase que estaba definida por nacimiento, no necesitaban definirse ni pensar: les venía dado. Eran, pensaban y se comportaban según dónde les tocara nacer. No sé, es una tontería que me sale así, a mogollón, lo primero que se me viene a la cabeza, como casi siempre.
    Un beso

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  3. A veces queremos tanto algo que nos da igual cuanto tengamos que sufrir para conseguirlo, y al ver que el trecho que nos queda es extenso y que las fuerzas y esperanzas empiezan a menguar, nos preguntamos que será mas fácil o menos doloroso, si seguir hasta el final aunque perezcamos en el intento o darse la vuelta, con el ego machacado y el mismo dolor en lo andado...
    No conozco Praga, pero si el destino me deja, será una de mis metas...
    Ya me dejas pensando como cada vez que paso por tu acantilado, vaya...

    Besos Explorador

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  4. Que ganitas me entran de ir a Praga, dudé entre Praga y Viena, y me decidí por ésta.
    Queda pendiente Praga.
    Me encanta leerte Explorador

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  5. ¿Seguro que no somos "hombres-masa"? Yo siempre he creído que el ser humano es gregario.

    Fui a Praga hará unos diez años y no me quedaron ganas de volver. La arquitectura, para mi gusto, supera la parisina, pero la gente me pareció amargada. Prefiero destinos con poblaciones más amigables.

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  6. No sé ni por dónde empezar, mezclas varios conceptos, los pasas por la batidora y ahí nos los dejas para que nos tomemos el batido :)

    ¿Qué te hace pensar que antes no había ideologías? ¿quién te lo ha contado de primera mano? ¿por qué no iba a haberlas? ¿por qué habría que asimilarlas con las actuales?

    Yo disiento de lo que dices, el hombre antes que nada es hombre, como sostienes en tu último párrafo, y no creo que el pensamiento a lo largo de los años haya cambiado tantísimo. Por supuesto, lagos de sangre ha habido siempre, solo que los que se ahogaron en ellos no sobrevivieron para contarlo, rebeldes los hubo, pero fue mejor aplastarlos y no contar mucho su historia, que luego puede cundir el ejemplo. Somos masa, pero no tan homogénea como queremos creer por muy fácil que sea hablar de ello para justificarnos.

    Un abrazo

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  7. Las ideologías capaces de convertir al individuo en parte de una masa y llevarlo a cometer barbaridades en grupo han sido aquellas que han surgido de lo preexistente, de creencias, costumbres, traumas, miedos, deseos, que dan legitimidad a cierto orden social. No surgen para desarrollar ideas o buscar respuestas, sino para dirigir las respuestas que el público ya posee. Se fabrican conociendo la situación que crea su necesidad y se adaptan a unas capacidades intelectuales limitadas.

    Y por esa misma razón hay muchas barbaridades que no consideramos barbaridades porque dan legitimidad al orden social. En algunos grupos es la aniquilación de judíos, en otras comunidades puede ser la de los lobos, presentada como "plan de reducción de la población de lobos" y normalizada por un sistema de creencias que va desde los bestiarios mediavelas hasta ficciones como el cuento de caperucita roja.

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  8. Explorador, yo creo que si somos "masa",aunque muchos intetemos navegar fuera de ella. Con el consiguiente costo para la salud psíquica... Desde luego es mucho más cómodo no tener ideas y seguir el cauce que otros desean imponer. En aquellos tiempos, deduzco que la falta de cultura y de educación hacía mucha más fácil la labor de mandato. Por aquellos que si no piensas no podrás revelarte... o algo así. Y como "la verdad os hará libres" pues cada vez más se tiende a un aprendizaje en pos de alcalzar meyores libertades y mejores opciones para lograr un poco de mayor felicidad(algo consustancila al ser humano). Sin ser esclavos ni de las ideas, ni de si mismos... un poco liada si que estoy...bueno que habría que desentrañar un poco más esa era que nos propones. Con respecto a Praga, no he ido, pero será un próximo destino, aunque sólo sea por comparar con otros.Un saludo

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  9. Me ha encantado la entrada, no conozco Praga (tengo una meta en mi vida, que es conocer primero España y luego lo demás), tiene que ser muy bonito Praga.

    Tampoco he leído el libro de Umberto Eco... muy mal por mi parte, lo apunto a mi lista de pendientes.

    Me ha gustado mucho tu entrada, tengo claro que con Explorador siempre se aprende algo nuevo y contigo se aprende constantemente.

    Un abrazo!

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  10. Preciosa reseña/crítica con un único defecto, genera grandes expectativas sobre la obra. Este verano tendré tiempo, espero, para perderme en sus líneas.

    En cuanto a Praga, claro, por qué no. A mí París fue la que me fascinó, pero no creo que sea novedad.

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  11. Gracias a todos por los interesantes comentarios, muchos de los cuales quisiera responder pero no puedo: no sé si antiguamente existían "ideologías" equiparables a las construcciones teóricas de las últimas décadas (me inclinaría por coincidir con Igor y Luisa y diferir de Juanjo y Miércoles...pero no lo sé muy bien), Solzhnitsyn se refiere a los villanos de Shakespeare interpreto que como modo de sugerir que la pura maldad no explica ciertos acontecimientos, que el combustible del odio que propaga una ideología asentada y completa añade furor destructivo. La visión de Dotakon (si os interesa la política y EEUU visitad su blog "2012", es fabuloso) es lúcida y muy atrayente, as usual, pero me parece que hay algo más, una cosa es la búsqueda del chivo expiatorio y otra la visión del mundo perfectamente organizada hasta el más nimio detalle a partir de ese impulso. En definitiva...no tengo ni idea, y gracias por las aportaciones.

    Sobre las masas...es posible que seamos gregarios, o partes de una masa en muchos sentidos...pero el individualismo siempre es algo muy recomendable. Ser un hombre-masa es algo que va más allá de la sociabilidad, es como una anulación, una disolución en un mar informe.

    Y sobre Praga...a mí me fascinó de principio a fin, me pareció mágica. Conozco a bastante gente a la que no le gustó mucho. Influiría yo, dando la vara todo el día, supongo xD

    Igor, supongo que si el desamparo crece,nuevas ideologías (o las viejas con distinto traje) resurgirán. La novela exige cierto esfuerzo, no logra la fluidez que desearíamos (yo creo) pero el juego que propone es estimulante.

    Luisa, no he estado en Budapest, pero conozco a gente que me dice lo mismo. A mí Praga no me resultó triste, pero estuve muy poco como para pensar demasiado en ella más allá de mi visión de turista. Mmmm, la cerveja ;)

    Irene, espero que te guste. Me gusta la interpretación del lago de sangre, creo que Macbeth se refiere a que una vez que ha emprendido sus crímenes, ya no puede volver atrás o pararse, porque se hundiría en ellos. Quiere avanzar para lograr, al menos, su objetivo. Muy tétrico, y bastante real, por desgracia. Espero que lo pienses bien, gracias

    Muchas gracias, Madison, es mutuo. Espero que te guste, si vas :)

    Miércoles, uf, no sé, ya digo arriba, creo que tendemos al gregarismo...pero la masificación es algo que quizá vaya más allá. Yo no percibí esa antipatía de la gente, aunque es probable que la hubiera, visto con objetividad. Yo estaba encantado, y no me fijé demasiado. Gracias por el comentario :)

    Juanjo, yo tampoco sé por donde empezar. No lo sé. Desde luego, hubo lago de sangre desde siempre...pero no creo que en nombre de algo que trascendiera de intereses más o menos cercanos de quienes los creaban. Me gusta mucho tu últma frase.

    Dotakon, creo que entiendo lo que dices...y estoy parcialmente de acuerdo. Hay una parte de miedos, traumas, etc...pero otra parte de esperanzas, sueños en principio positivos, ahelos compartidos...el por qué se pervierten es una pregunta que no es fácil de responder...

    Tanci, creo que, como he dicho a Miércoles, tenemos parte social, gragaria, comunitaria...pero no somos hombres-masa. Pero tampoco puedo añadir demasiado, no estoy seguro de que estas categorías sean muy útiles. Da igual, prefiero reflexionar con lo que decís que encontrar respuestas unívocas, perfectas y falsas. Yo tabién tengo mucho que desentrañar ;) Si vas, espero que te guste Praga.

    Kira, se trata de intentar aprender juntos. Muchas gracias, espero que si lees el libro te guste, si viajas te guste, si te pasas por aquí te guste...un abrazo.

    Juanjo, quizá, suelo ser desmedido y así a veces generas demasiadas expectativas. A mí me gustó bastante el libro. Si te animas, pidémelo ;) París a mi me gustó, aunque fui de niño. Pero es que es tan perfecta...jejejej


    Bueno, pues muchas gracias y un abrazo enorme para todos, un lujo cada comentario, muy sugestivos y lúcidos. ¡Muchas gracias!!

    Ay, Praga Praga, Praga...
    donde el amor naufraga
    en un acordeón...

    ;)

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  12. Ayer ví la película "El nombre de la rosa", la he visto varias veces, ¡¡¡gran película y gran libro!!!. El libro lo leí en su momento.

    Esos crímines que suceden y ese Fray Baskerville (Sean Connery) me encantó.

    Es mi homenaje a Umberto Eco, que por cierto cuando la estaba viendo pensé: "Explorador no he leido El cementerio de Praga, pero sí el El nombre de la rosa..." ja ja.

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  13. Es excelente, para mí, mejor que esta novela. Bueno, espero que disfrutases la peli (que también está muy bien) y gracias por acordarte de mí ;)

    Un abrazo :)

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